Marcados por las estrellas

Autor
SEMARNAT
- Cuando lo que había que traer y cuidar eran los pollos patas negras, el proceso era distinto
Julio César fue y vino a Midway varias veces cargado de un tesoro: huevos y pollos de albatros patas negras. Una especie en peligro de extinción que además del riesgo a la desaparición que ya arrastraba, empezó a perder el sitio donde cada año anidan, en una de las islas de Hawái.
El nivel del mar empezó a subir y las playas que fueron su sitio reproductivo empezaron a inundarse y el mar, a arrastrar los huevos.
La razón del ir y venir de Julio a Hawái fue por el éxito que había tenido en su trabajo de varios años para recuperar otra población de albatros —el de Laysan— en Isla Guadalupe, en el Pacífico Mexicano, frente a Baja California.
Ahí, en Isla Guadalupe, protegiéndolo de los gatos, poniéndole como señuelo a esculturas hechas de cerámica, simulando albatros en diferentes posiciones y colocando bocinas que repiten los sonidos del ave para mostrarles que el sitio es seguro para descender y procrear, ha logrado aumentar la población de albatros de lingus y avanzar en la recuperación de la especie.
Con ese éxito en mente, Julio y los investigadores de Hawái decidieron que podían probar otro espacio reproductivo para los albatros pata negra, y ese podía ser Isla Guadalupe.
La tarea consistía no sólo en traer huevos y pollos, sino preparar varias cosas en la colonia de albatros de Isla Guadalupe: había que elegir a la pareja adoptiva y debía ser una que tuviese experiencia en la crianza de pollos. Así que en los escasos momentos que el huevo quedaba solo, lo cambiaban por el de patas negras.
Cuando lo que había que traer y cuidar eran los pollos patas negras, el proceso era distinto y con una complejidad particular. Necesitaban traerlos suficientemente maduros para que sobrevivieran, pero antes de que los padres les permitieran ver el cielo, porque una vez que vieran las estrellas, sabrían que ese sería el lugar para su regreso.
Y justamente lo que buscaban es que el regreso no fuese a Midway, sino a Isla Guadalupe para formar otra colonia que los salvara de la elevación del nivel del mar de su tierra original.
Este año 2025 regresaron, por primera vez, las primeras crías de albatros patas negras que llegaron como pollos a terminar de ser criados en la Isla Guadalupe. Sus ojos quedaron marcados con las constelaciones de Orión que surcan el cielo de la isla y son la muestra de que el esfuerzo tuvo éxito.
Los albatros pasan toda su vida en el mar, solo van a tierra a reproducirse. En ese periodo, pasan siete meses cuidando al único huevo que empollan y luego alimentando a la cría.
El huevo se incuba dos meses, eclosiona y el pollo es cuidado por ambos padres que lo alimentan, primero con comida rica en aceites que lo engorda a tal nivel que, al cabo de 3 o 4 meses, el pollo pesa el doble que sus progenitores y apenas puede moverse. Después de ese tiempo, los padres alargan los tiempos de retorno para su atención, le hacen ayunar, el pollo adelgaza y el hambre hace que salga a buscar alimento y ya sin gordura, logra levantar el vuelo.
POR MARINA ROBLES GARCÍA
SUBSECRETARIA DE BIODIVERSIDAD Y RESTAURACIÓN AMBIENTAL, DE LA SEMARNAT
@MROBLESG
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