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Un mar para la cooperación

Tres cuartas partes de la Tierra están cubiertas por océanos: ¿agua, llena de vida? Con este porcentaje podría pensarse que los océanos son tan vastos que jamás perderán la biodiversidad que los habita, pero la realidad es otra. Se estima que 25 mil especies marinas se extinguen cada año y una de las razones de esta extinción está asociada a la sobreexplotación pesquera que no sólo saca más de lo que se necesita de las poblaciones de su interés, sino que también arrastra con ella a cientos de especies que ni siquiera alcanzan las cocinas de nuestras casas, sino que se convierten en desechos.

Así, por ejemplo, para llevar a nuestra mesa un kilo de camarón, se desperdician hasta 10 kilos de lo que eufemísticamente se ha nombrado como fauna de acompañamiento. En México, como en el mundo, el océano ha sido visto sólo como una mina de la que se puede extraer, infinita e irresponsablemente, todo lo que existe. Y es que la forma de organizar la pesca se ha hecho estableciendo cuotas de captura por especie y no pensando en el manejo del ecosistema del que son parte.

El esquema de concesión o permiso para la captura o el aprovechamiento de una especie ocasiona que el resto de las no concesionadas, no tengan importancia para el pescador o usuario y se conviertan, a la hora de la pesca, simplemente en daño colateral. Así es como la pesca de totoaba arrastró a la vaquita marina al filo de la extinción; o actualmente la pesquería de camarón está llevando a condiciones de peligro a las poblaciones de rayas y tiburones, o la de krill en la Antártida está conduciendo al colapso a poblaciones de ballenas, focas y pingüinos, entre muchas otras que terminan arrastradas en redes o perdiendo su fuente de alimento.

Los pescadores hace mucho tiempo se han dado cuenta de esto, pero la tragedia de los bienes comunes se ha impuesto como lógica de los grupos pesqueros: el temor de que otro saque más, hace que todos hagan lo mismo, creciendo el problema. El resultado: todos pierden. ¿Cómo recuperar o construir la cooperación planteada por antropólogos y sociólogos como la fórmula del éxito de nuestra especie a lo largo de nuestra historia? El cooperativismo pesquero basa su esquema en esas premisas, pero parecería que se han olvidado los principios del manejo colectivo de la pesca.

Hay ejemplos valiosos que están trabajando en una reordenación y acuerdo de sus formas de trabajo colectivo, basados en la cooperación. Las dos penínsulas (Yucatán y BC) tienen ejemplos resaltables. Curiosamente, en casi todos, el rol de las mujeres ha sido determinante. No está siendo sencillo, se vislumbra aún una suerte de confrontación de género: los hombres, con miedo, se defienden del creciente liderazgo femenino y ellas, avanzan con recelos, sin liberar del todo los agravios de una vida de sometimiento.

POR MARINA ROBLES GARCÍA

@MROBLESG

SUBSECRETARIA DE BIODIVERSIDAD Y RESTAURACIÓN AMBIENTAL, DE LA SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES DEL GOBIERNO DE MÉXICO

Consulta el texto completo en El Heraldo de México


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